Las personas ven la soledad como una dificultad, sin embargo, ignoran que en la soledad se presenta la OPORTUNIDAD.
El cerebro es un órgano muy complejo, que nunca deja de funcionar. Siempre nos esta dando respuestas a todo estimulo externo que exista y es por eso que incluso en tiempos de reposo se mantiene hablando con nosotros mismos. Pocos conocen del silencio.
Nosotros los seres humanos que somos perfectos seres sociales hems buscado incontables maneras de comunicarnos. Tenemos la conversación con otros, o por teléfono, o los mensajes de texto y notas, como modos de hablar algunas veces con voz y otros sin usarla. Todos y cada uno de los mensajes que vamos a transmitir son descodificados por nuestro cerebro quien nos emite una veloz aprobación ya sea para mantener o, cambiar, editar o corregir cualquier idea que pueda ser mejorada, y es así que establecemos una comunicación con nosotros mismos formada por la conciencia y el yo interno.
Sin embargo este tiempo de soledad es muy contradictorio para nuestras mentes, hemos visto que no siempre nuestro cerebro tiene una oportunidad para comunicarse con otros, debido a la gran cantidad de tiempo que permanece en actividades de reposo donde de repente, en esta cuarentena tenemos que ‘’PENSAR’’.
Podríamos asegurar que pensar en el siglo XXI, esta subvalorado. Con la prisa de vivir y con tanto tratar de sobresalir resulta ser que pensamos menos para llamar mas la atención y estos son los verdaderos momentos de usar el silencio, la soledad, para callar nuestras mentes, escuchar el verdadero sonido del silencio.
El silencio puede ser una cuestión física y también filosófica. El silencio físico es todo aquella frecuencia acústica que dejas de escuchar y se convierte en el sonido de la nada, la verdadera oportunidad para sacar tu mente de cualquier actividad y proponer a tu cerebro que te ofrezca una retroalimentación de la nada. Ahi es donde comienza el proceso de distanciamiento entre tu mente y el mundo. Una vez dentro de este silencio se entra en la parte filosófica de la quietud, en la que sientes miedo inclusive por momentos porque los pensamientos tienen tanta calidad que asustan. Los pensamientos son pura conciencia.
El silencio filosófico se crea cuando las condiciones de abstracción de la mente son perfectas en un ambiente donde prima La Paz y eres capaz de sentir perturbaciones hasta de una vibración de teléfono cercana.
‘’EL silencio es la oportunidad perfecta de comunicarse con los dioses’’, dice un refrán antiguo.
Un estudiante de Yoga se aproximó a su Maestro y le preguntó dónde se hallaba lo Eterno, lo Supremo, lo Infinito.
El Maestro no le respondió,
por lo que el discípulo continuó preguntándole una y otra vez sin que aquél despegase los labios.
Guardó perfecto silencio.
Al fin, le dijo el Maestro:
“Te lo he estado diciendo una y otra vez,
pero no me entendiste.
¿Qué puedo hacer?”.
Lo Eterno,
lo Supremo,
lo Infinito,
no puede ser explicado,
pero puedes conocerlo,
a través del silencio profundo.
La paz es silencio.
El silencio es la lengua del corazón.
El silencio es la lengua del sabio
El silencio es paz, es aceptación del momento, de que nada podrá ser mejor que ese instante donde la vida se detuvo para regalarte esa calma.
EL silencio es cura para el enfermo, es consúelo para el que extraña, es compañía para quien esta solo. El silencio es respuesta y es arma de combate, de protección, es mapa del destino.
El silencio es el modo de atraer tu atención hacia ti mismo, es no desviar la atención tuya hacia el mundo.
El silencio es control de las emociones, es contención sin fuerza ni resistencia.
Aprendamos en este tiempo de soledad a usar las palabras exactas, monitoreemos cada una de las que salen de nuestra Boca.
Después de que todo este silencio haya pasado, honremos cada una de las sílabas que salgan de nuestro adentro. Utilicemos el verbo con mas cuidado, prometamos menos, y hagamos más, en silencio donde solo La Paz de saber que hacemos lo correcto sea la retroalimentación de nuestra alma.
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